Ahora que estoy en la posteridad
te hablo desde la piedra y la altura
la historia ha auscultado toda mi edad
el hielo ha detenido mi figura.
Viví en un tiempo de cisma y sismos
entregué mis manos como peñascos
para ocluir las grietas, a los abismos;
al largo empeño de borrar los atascos.
La nieve educa, me dijo Emerson,
su vida fue apacible y por cierto
lo envidié, yo, que nací en un desierto.
Lamento interrumpir, todas las tardes
regresan a anunciarme, ya es un rito:
cayó, en Curupaytí, mi Dominguito.
te hablo desde la piedra y la altura
la historia ha auscultado toda mi edad
el hielo ha detenido mi figura.
Viví en un tiempo de cisma y sismos
entregué mis manos como peñascos
para ocluir las grietas, a los abismos;
al largo empeño de borrar los atascos.
La nieve educa, me dijo Emerson,
su vida fue apacible y por cierto
lo envidié, yo, que nací en un desierto.
Lamento interrumpir, todas las tardes
regresan a anunciarme, ya es un rito:
cayó, en Curupaytí, mi Dominguito.
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